© Isabela Uribe_María Paula Guerrero

Derecho a los Cerros

©Fernando Cruz

Los Cerros Orientales de Bogotá, un proyecto socioecológico impostergable

  • En 2013, el Consejo de Estado falló a favor de la creación de un corredor ecológico, social y recreativo en los Cerros Orientales de Bogotá.

 

  • Para 2019, el espacio público efectivo de Bogotá (parques, plazas, plazoletas y zonas verdes) fue de 4,57 m2/hab (Dadep 2019) cuando la norma recomienda 15 m2/hab (Decreto 1077 de 2015). La ciudad necesita no sólo expandir sino volver accesibles y seguras las áreas verdes de la ciudad para el uso y disfrute de toda la ciudadanía.

 

  • Sólo una gerencia integral, que priorice la construcción de vecindad con las comunidades de borde y el diseño de una estrategia integral de uso público, podrá hacer de la Franja de Adecuación de los cerros (973 ha) ese corredor socioecológico que dictaminó la ley en 2013. Este es el mensaje de la campaña que inicia hoy la Fundación Cerros de Bogotá.

Hasta ahora, el fallo del Consejo de Estado que aboga por la ampliación de espacios para los ciudadanos, con la posibilidad de añadir 1m² más de áreas verdes por habitante, aún no se ha materializado. Abogamos por la creación de un amplio pacto de borde que consolide acuerdos locales enmarcados en una visión global de un corredor socio-ecológico. Este corredor integraría las iniciativas ciudadanas activas y comprometidas con la preservación de la vida que florece en los cerros, involucrando a toda la comunidad.


Sin embargo, la vida bulle en los Cerros Orientales que también se reinventan gracias a la dinámica actividad de la Fundación Cerros de Bogotá que al cumplir 11 años desde su creación, lanza este mes la campaña: Los cerros nos salvan a fin de resaltar el papel vital y protector de los cerros para la ciudad y reiterar la importancia de cumplir el fallo del Consejo de Estado ordenando la creación de un corredor social, ecológico y recreativo, necesidad que se hizo evidente en un mundo impactado por la pandemia. La Fundación también aprovecha su aniversario para lanzar un nuevo diseño de la mayor plataforma con toda la información sobre los Cerros Orientales https://cerrosdebogota.org/.

©Leonardo Centeno

©Jaime Alfonso Vargas

La necesidad de explorar naturaleza en los entornos urbanos se ha vuelto clara y evidente.

Después de la crisis del 2020, los habitantes de diversas ciudades alrededor del mundo descubrieron en el verde urbano una fuente de resiliencia, evidenciando la carencia de espacios verdes seguros y accesibles que promuevan la salud física y mental de la población. 

 

En una encuesta realizada por Greenpeace Colombia, el 41% de los encuestados valora los espacios verdes públicos y considera esencial ampliar, cuidar y proteger estos entornos para beneficio de las personas y las comunidades, fomentando su uso sostenible. Según la observación de la Fundación Cerros de Bogotá, la presión de los ciudadanos por recorrer los senderos, incluso arriesgándose en términos de seguridad, subraya la necesidad de transitar por espacios naturales 

 

Este escenario motiva a la Fundación a persistir en la visión de construir una gestión integral y compartida para los Cerros Orientales de la ciudad. La fundación aspira a materializar un corredor socioecológico en la Franja de Adecuación, que, a medida que avance, restaure los senderos existentes con especies nativas e integre las iniciativas ciudadanas que siembran, restauran y cuidan la montaña.

El sueño también involucra a los vecinos y líderes de los cerros en el cuidado y manejo de este nuevo ecosistema urbano, lo que la Fundación llama pactos de vecindad, quienes serán guías capacitados y compartirán historias sobre etnobotánica, geología e historia ambiental en miradores, entre cedros, tíbares, tunos y amargosos, con quebradas visibles y limpias, y la posibilidad de avistar pavas de monte, colibríes, comadrejas y ranas. 


La afectuosa y fructífera convivencia entre los ciudadanos y los imponentes Cerros Orientales, considerada utópica o riesgosa por algunos, está tomando forma en un pequeño laboratorio vivo: las tres hectáreas de la Reserva Natural de la Sociedad Civil conocida como Umbral Cultural Horizontes. En este espacio, con la colaboración de voluntarios y expertos, se ha implementado la pedagogía basada en la Naturaleza a través de la Cátedra Cerros Bogotá (todos los viernes), restauración colaborativa con especies nativas, la huerta etnobotánica y el compostaje, estableciéndose como un proyecto piloto factible de replicar como predio privado de uso público.

©Santiago Rosado

Al respecto Diana Wiesner enfatiza: “ queremos hacer un llamado a que las autoridades de la ciudad den cumplimiento al fallo del Consejo de Estado en el que se ordena que se compense a los ciudadanos con una área de uso público  de carácter ecológico para la recreación pasiva. Ahora más que nunca es de vital importancia integrar la forma como nos relacionamos con la naturaleza, disfrutando con sensibilidad y respeto, pero con una visión integral entre entidades y ciudadanía: el mayor pacto de borde de la región. 

Algunos Datos...

Según los registros publicados en la Facilidad Global de Información sobre Biodiversidad (https://www.gbif.org/) a agosto 2020, la Reserva Forestal Protectora Bosque Oriental de Bogotá cuenta con:

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Especies de flora y fauna
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Especies son endémicas, es decir su distribución geográfica está limitada a esta área.
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Corredores hídricos descienden de los cerros conectando la Sabana y el río Bogotá.
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Hectáreas es el área de los Cerros, incluyendo la franja de adecuación.
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Habitantes albergan los cerros, distribuidos en 64 barrios.

- Las especies de fauna y flora así como cuerpos de agua que albergan los Cerros Orientales dan vida a la ciudad; brindan aire limpio, reservas de agua, sensación de bienestar y sentido de pertenencia, suelos con muchos nutrientes y otros en proceso de regeneración, entre otros. Además, se constituyen en la imagen e identidad a nivel nacional e internacional.

- Por el norte, los Cerros Orientales se conectan con la Reserva Forestal Productora Thomas van der Hammen, y por el sur con el valle del Tunjuelo y el gran páramo de Sumapaz.

© Leonardo Centeno