Soy bogotana, ciudadana de una mega urbe tropical de montaña. Durante quince
años he liderado con gran pasión a un grupo de enamorados y estudiosos de los
cerros de la Sabana. En este momento crucial y de emergencia, resulta
asombroso observar cómo los cerros se han convertido en protagonistas,
atrayendo la atención de todos y generando una extraordinaria fuerza ciudadana
comprometida con el apoyo en su recuperación. Aunque emocionante, esta
situación también es triste, ya que nace de una emergencia.
Frente a las numerosas preguntas sobre cómo actuar, hemos procurado
convertirnos en un puente que sirva de apoyo para canalizar la energía
ciudadana hacia las personas que con valentía enfrentan la fuerza del fuego, al
tiempo que abogamos por considerar acciones a corto, mediano y largo plazo
para el cuidado postraumático de las heridas que las llamas han causado a los
cerros, así como para abordar de forma constructiva el dolor y las
preocupaciones que movilizan a la ciudadanía.
Desaconsejamos, así mismo, transitar por las áreas afectadas o sobre el páramo
quemado para evitar un aumento exponencial del daño. Nuestra recomendación
es esperar al menos de seis meses a un año para poder observar la
regeneración. Esto no implica descuidar el resto de los cerros; es simplemente
un llamado a la alcaldía para que incluya la restauración de los cerros en su Plan
de Desarrollo, y que las acciones se vean reflejadas con una visión integrada en
programas que contengan las iniciativas ciudadanas y comunitarias y el
cumplimiento del fallo emitido en 2013 por el Consejo de Estado. También
hacemos un llamado a la CAR para facilitar tanto los procesos de restauración y
los permisos de reemplazo paulatino de pinos, eucaliptos y acacias, así como
para implementar, en sinergia con la ciudadanía, los numerosos protocolos al
respecto que están aún en el papel.
Como ciudadanos informados y comprometidos con nuestros cerros,
continuamos con nuestra «Cátedra Cerros Bogotá», una suerte de aula de la
montaña, que hemos realizado todos los viernes desde hace nueve años. Los
invitamos a asistir y también a sumarse a los voluntariados de los sábados para
hacer compostaje y contribuir a la regeneración del suelo y la eliminación de
rebrotes de especies no nativas.
Instamos a que este empoderamiento ciudadano reciba el respaldo de la
academia y los recursos empresariales, y que trabajemos articuladamente con
las instituciones para que los cerros sigan siendo el centro de atención de
manera permanente, no solo en situaciones de emergencia, ya que son la vida y
el patrimonio cultural de Bogotá y de su región. Los cerros nos tutelan y son
nuestra familia, no podemos olvidarlos.
¿Quieres ser parte de la restauración participativa?
Se parte de quiénes buscan la restauración de los cerros.